Esta
semana hemos seguido con el período de observación en las clases, y
todo ha funcionado más o menos dentro de la normalidad que hemos ido
comprobando durante las anteriores semanas, exceptuando la dinámica
de una de las clases de Ciencias Sociales en ambos 4º de ESO,
en las que hemos podido ver cómo los alumnos y el profesor han acordado la organización de las clases de las próximas dos semanas. El
profesor les informó de que las dos próximas unidades didácticas
se iban a trabajar a través de trabajos en grupo, siendo una de las
partes de la evaluación de los mismos la exposición oral de las
conclusiones de cada uno de sus trabajos. Los alumnos formaron grupos
y entre todos los miembros eligieron el tema que iban a tratar,
dentro de los que les propuso el profesor. En esta tarea de elección,
por ejemplo, uno de los grupos me pidió consejo sobre qué tema me
parecía “mejor” o “más fácil” o “menos aburrido”, y
les di mi opinión, pero no sé qué tema han elegido finalmente.
A
principios de semana, tuvimos una reunión informal con nuestro
tutor, durante una hora de recreo, para decidir a qué grupos
daríamos la unidad didáctica dentro de la fase de impartición de
clases de nuestras prácticas. Una vez expuestas nuestras preferencias respecto a grupos y temas, hemos
llegado al acuerdo de que yo imparta la unidad didáctica de la
Guerra Fría en uno de los dos grupos de 4º de ESO, concretamente en
el B, el no bilingüe, como señalé en la entrada en la que
describía a los grupos en los que Samuel imparte clases. Estoy
satisfecho con la elección de la unidad didáctica y con la elección
del grupo. Por un lado, se trata del grupo con el que más trato, por decirlo de algún modo, he tenido. Por el otro, es el tema que he ido
trabajando durante este curso dentro de este blog, además de formar
parte de mi especialización en la Licenciatura en Historia. Sin
embargo, el único problema que veo es que, siguiendo el calendario,
tendría que empezar a dar dicha unidad el 18 de
marzo, y hubiera preferido empezar antes. Pero este “problema”
tiene un lado positivo: puedo dedicar más tiempo a la preparación
de las clases,
algo bastante necesario por el tema tan complejo y amplio que he
elegido impartir.
Por
último, esta semana he tenido la oportunidad de observar las clases
de otro profesor de Ciencias Sociales del centro. Me interesaba ver
otros grupos y otras formas de impartir clase, así que informé de
mis intenciones al Coordinador del centro y a mi tutor de prácticas,
y ambos estuvieron de acuerdo en que podría pasar unos días con
otro profesor, siempre y cuando éste -con el cual ya había hablado
al respecto- no tuviera inconveniente. De este modo, estuve
observando y participando en las clases de Ciencias Sociales que
este otro profesor impartía en un grupo 1º de ESO y en dos grupos
de 4º de ESO; en las clases de Historia de España de un grupo de 2º
de Bachillerato; y en las clases de Historia del Arte de un grupo de
2º de Bachillerato. Ha sido interesante y enriquecedor ver otros
modos de tratar a los alumnos, de impartirles las clases, de
resolverles las dudas. Y también ha sido interesante y enriquecedor
ver la dinámica de grupos de otros niveles diferentes a los que he
estado observando con mi tutor, como la clase de Ciencias
Sociales de 1º de ESO, o de diferente materia, como la clase de Historia del Arte de 2º de Bachillerato.
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