El
miércoles 22 de enero, a las 11:30h, estábamos citados en el I.E.S.
Gabriel Miró, de Orihuela, todos los estudiantes del Máster en formación del profesorado de la UMH a los que nos habían asignado
este centro como lugar donde hacer las prácticas. Casualidad o
no, es el mismo instituto en el que, entre el 2006 y el 2008,
cursé el Bachillerato, así que, personalmente, era un día
doblemente especial: por el comienzo de las prácticas del Máster, y
por el retorno al centro donde pasé dos cursos completos. Más
tarde, ese mismo día, descubriría que soy la única persona en
prácticas -procedente del Máster impartido por la UMH- que fue
antiguo alumno de este centro, de modo que creo que mi memoria de
prácticas puede resultar diferente a la del resto, pues estoy en la
disposición de analizar el trabajo del centro en una doble
vertiente: como alumno (que fui) y como profesor (en prácticas).
La
reunión con el coordinador del centro de prácticas, que también es
el jefe del departamento de orientación del I.E.S., consistió en
una presentación a los alumnos en prácticas (que somos
entre 50 y 60 sólo en este centro) de la historia del centro, de la
organización del mismo y de las actividades en las que participa
dentro de la comunidad educativa. Todo lo que dijo me resultó familiar. Pese a los seis años transcurridos, no parecían haber
cambiado muchas cosas en el instituto, al menos desde la posición de
alumno en la que todavía me encontraba durante esta “Jornada de
Bienvenida”.
A
continuación, una vez terminada la presentación, se nos explicó
qué haríamos durante nuestra estancia en el centro, cómo nos organizaríamos, y con qué profesor trabajaríamos. Éste
último punto era el que esperaba con más ansias porque desde el
momento en que me comunicaron que mi centro de prácticas iba a ser
este centro estuve barajando la posibilidad
de tener como tutor profesional del centro de prácticas a alguno de
mis antiguos profesores de Historia (como Licenciado en Historia, escogí la
especialidad de Ciencias Sociales y Humanidades en el Máster, por lo
que mi tutor profesional del centro de prácticas debía ser un
profesor que impartiese las clases de Ciencias Sociales, Geografía, o Historia). Finalmente no ha sido así. De los tres profesores de
Historia que había como tutores de prácticas, el que me ha tocado a
mí, Samuel, llegó al centro el mismo año en el que yo salí, por
lo que no lo conocía. Esto no quiere decir que esté contento o
descontento con quien me ha tocado. El tiempo, el trabajo y la
convivencia se encargará de demostrármelo.
Sin
embargo, tardaría unos días más en conocer a mitutor, pues éste
no pudo ir a la presentación de los tutores que se desarrolló
después de la reunión con el coordinador de prácticas del centro.
Mis dos compañeros de prácticas y yo a los que nos ha tocado Samuel (casualidad o no, somos amigos y
compañeros de carrera en la Universidad de Murcia) como tutor de prácticas fuimos convocados el lunes
siguiente, 27 de enero, para conocerlo personalmente y empezar a
hablar sobre cómo irían nuestras prácticas en el centro con él
como tutor.
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